Cervecería de Colima cuenta con un programa para reforestar 22,000 hectáreas en las faldas del Volcán de Fuego.
Su amor por Colima y gusto por la cerveza, que nació cuando era niño gracias a su acercamiento con su abuelito, provocó que Esteban Silva fundara Cervecería de Colima en el 2014.
La historia comenzó cuando trabajaba como consultor en McKinsey & Company, en ese entonces compartió su idea con Andrés Castillo y Jorge Zebadúa sobre el interés de crear una cerveza que fuera refrescante y “te transportará a este jardín bajo el volcán de Colima”, juntos crearon la cervecería, que comercializaban con amigos y familiares.
Cuatro meses después ya tenían a 62 inversionistas ángeles quienes invirtieron 30 millones de pesos. “En ese momento decidí colgar las corbatas, renuncié a la vida corporativa en McKinsey y regresé a Colima, a montar lo que ahora es Cervecería de Colima, justo este fin de semana cumplimos cinco años de iniciar operaciones”, dice Silva en entrevista con El Economista.
A la fecha, Cervecería de Colima ha realizado tres rondas de inversión, sumando un monto total de 70 millones de pesos. Este verano lanzará una cuarta ronda, pero ahora por medio de crowdfunding en México y Estados Unidos, aunque aún están por definir el monto y la plataforma.
“Nuestro lema ha sido que nos gusta mucho ser de aquí; tenemos un cariño muy grande por el lugar de donde somos y de donde producimos la cerveza, lo queremos tanto que no es sólo de dientes para afuera”, por ello trabaja en ser una empresa sustentable, donde 90% de los residuos es reciclable, realiza trabajos de reforestación y donativos a programas ambientales.
El diferenciador
“Lo que nos hizo un espacio en el mundo, en el mercado de cerveza artesanal en México, fue tener una apuesta muy fuerte en las lager. Nuestra cerveza más vendida es Colimita y es la que nos ha dado el hombre”, menciona Silva.
Detalla que se buscaba una cerveza artesanal que fuera altamente bebible, como lo es Colimita, cerveza que les abrió un espacio entre aquellas personas que comenzaban a probar las cervezas artesanales. “Fue un primer paso entre la cerveza comercial y una cerveza artesanal, una cerveza que algunos le llaman de transición”.
A la fecha cuenta con cinco tipos de cervezas: Colimita, Páramo, Cayaco, Ticús, Piedra Lisa y una edición especial de aniversario que este año lleva el nombre de Colimita 5.
Exportación
“Desde el año pasado iniciamos exportaciones a Francia Bélgica y Estados Unidos, esta última fue en California y a finales de este año vamos a estar en la costa este y la comercialización en el extranjero se realiza por medio distribuidores”, dice Silva.
El año pasado, Cervecería Colima cerró con 12,000 hectolitros de producción, de los cuales 5% fue de exportación, este 2019 esperan cerrar alrededor con una producción de 17,000 o 18,000 hectolitros.
“Nosotros queremos contar la tercera gran historia de éxito de cerveza mexicana en Estados Unidos. Corona y Cuauhtémoc Moctezuma han hecho un excelente trabajo de marketing en las últimas dos o tres décadas, pero nosotros queremos ahora contar la historia de una cerveza mexicana de extraordinaria calidad ligada a la comunidad con una huella de carbono muy baja”.
Modelo sustentable
La sustentabilidad es un punto importante para Cervecería Colima, pues su cerveza usa el agua proveniente de mantos acuíferos del Volcán de Fuego, por ello cuenta con un programa, en alianza con el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, para reforestar 22,000 hectáreas en los siguientes tres años, justo en las faldas del Volcán de Fuego.
“Si continúa la deforestación en el Volcán de Fuego y en la sierra que rodea a Colima, vamos a tener menos agua en el futuro y lo que queremos es demostrar que empresas y ciudadanía pueden participar de manera activa en asegurar una disponibilidad de agua”.
También cuenta con un programa de cero residuos, estableció neutralizar su huella de carbono y eficiente el uso de agua; 100% del agua es tratada y reutilizada para la jardinería interna e implementado un sistema de captación de agua de lluvia y utilizándola como insumo propio, siendo así, la cervecera artesanal que menos agua usa para su producción.
“Nos pusimos como objetivo para el 2020 ser una empresa cero, estamos más cerca de lo que imaginamos de lograrlo, ya estamos en 90%, donde todos los residuos que utilizamos los estamos reciclando 100%, el cartón, el plástico, reutilizamos toda el agua en el riego de unos cañaverales que están alrededor de la planta”, comenta.
CRÉDITO: Elizabeth Meza Rodríguez / El Empresario